viernes, 25 de enero de 2013

El Espíritu de Adopción

El Espíritu de Adopción


La palabra traducida “adopción”, viene de la raíz griega “huiozesia”, que significa “colocar a uno como hijo”. No se refiere a un huérfano. Mas bien se refiere a aquellos que han alcanzado la madurez.

Dios tiene preparada una herencia para cada creyente, y en esa herencia está el significado de su vida y por ende nos se puede entregar hasta que no se alcance la madurez espiritual de modo que nos parezcamos al Padre. Esto es cuando seamos huios, adultos, maduros. El niño en nada difiere del esclavo, de lo contrario el Padre aguarda hasta el tiempo señalado. Cuando ese tiempo llegue, serás llevado frente al Jordán, (el que desciende) ahi morimos a nuestra vida pasada para entrar en posición, un nuevo comienzo, allí recibiras el Espíritu de Adopción, con todos los derechos, con toda autoridad y privilegios de hijos. Porque los que son guíados por el Espíritu estos son hijos de Dios.

Esta nación, esta comunidad no necesita de los Teknos (bebes) ni de los teknones (adolecentes) son los huios los que reciben la revelación del Padre. Mientras vivamos criticando lo que no entendemos, engañandonos a nosotros mismos, hablando mal de los demás, sin darnos de cuentas que inconcientemente afectamos los nuestros, estamos demostrando que somos niños. Los hijos entienden que todo lo que viene a nuestras vidas viene por un propósitos, la madurez es algo natural que tiene que cumplir su etapa, no sigas atrazando ese momento. No olvides que hay una sociedad que esta esperando la manifestación de los hijos de los hijos de Dios.

Tenemos el ejemplo tanto en el hijo prodigo como el hijo mayor, ambos fueron puestos en la casa, pero en el prodigo vemos que todavía se encontraba en el etapa (Tekno) porque derochó la herencia, mientras el otros se encontraba en la etapa (Teknones) se quejaba porque aunque sabía que tenía derechos, todavia no se encontraba en la capacidad de hacer uso de ellos. ¿En que etapa te encuentras? Por que si eres un hijo huios, ya es tiempo de aprender a mostrar el carácter del Padre, ya es tiempo de entender que has sido establecido en la casa con un propósito, que tienes posición, que tienes herencia. Haz uso de ella, en favor de tu familia, en favor de esta sociedad, los hijos provocan que las cosas surjan. Este es el tiempo de experimentar la plenitud del Espíritu de Adopción en nuestras vida.

El Propósito Y El Poder De La Mujer

EL PROPOSITO Y EL PODER DE LA MUJER.

Nadie conoce tan bien cómo algo debe funcionar como su creador. Te puedo sugerir que la mejor manera en que nosotros podemos progresar en la relación entre los hombre y las mujeres es ir hacia atrás hasta el principio y ver lo que estaba en la mente del Creador cuando El hizo a la humanidad. Conociendo nuestro diseño original y nuestra formación inherente, es la única manera de traer un cambio duradero y positivo en la forma en que los hombres y las mujeres interactúan los unos con los otros en todas las esferas de la vida.

El propósito de algo es lo que determina su naturaleza o diseño. La naturaleza o diseño de algo es lo que determina sus necesidades.

Dios creo al hombre para tener una relación de amor, pero dado que el hombre tenía un cuerpo físico, el también necesitaba a alguien con quien compartir ese amor físico y humano. Es un reflejo de la creación del hombre a la imagen de Dios. Dios es amor. El hombre vino del amor y es hecho de amor y el amor no pude vivir solo. Por tal razón Dios dijo: “no es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea”.

El amor no puede vivir solo. Es imposible para el amor el hecho de amar en soledad. Así que Dios creó a la mujer. El principio es: que la mujer fue creada; no de la cabeza para que dominara sobre el hombre, ni de los pies del hombre para ser pisoteada por él, sino del costado para ser protegida. Del lado del corazón para ser amada. La mujer vino por causa del amor; fue el amor lo que causó su existencia. El primer propósito de la mujer ser amada por el hombre, así como el mayor propósito de Dios para crear al hombre-espíritu fue para darle amor a él. El hecho de tener dominio fue secundario.

Si este principio fuera comprendido por el hombre hubiera menos racismo contra la mujer, menos abusos y maltrato en contra de ella. Pero este existe porque el hombre ignora el diseño del Creador, ignora porque tanto el como la mujer fueron creados.

De la misma manera que Dios sacó al hombre de Sí mismo y lo creó como un ser espiritual, sacó a la mujer del hombre y la hizo un ser físico. Dios quien es amor, necesita alguien a quien darle Su amor, y por lo tanto, El creó al hombre de Si mismo. De manera similar, el hombre necesitaba alguien a quien darle su amor, y por lo tanto, Dios creó a la mujer del su propio cuerpo. Este paralelismo ilustra la singularidad y el amor mutuo que Dios y el hombre tenían, y para lo que el hombre y la mujer fueron creados.

La costilla es “tsela” y puede significar “lado o “cámara”. Esto nos dice que Dios sacó a la mujer de una parte del hombre; porque el receptor tiene que ser exactamente igual que el dador. De la misma manera que el hombre necesitaba ser espíritu para poder tener una relación y recibir amor de Dios. La mujer necesita ser de la misma esencia que el hombre para poder recibir amor de parte de este y tener relación con él.

Dios no tomó del polvo de la tierra a la mujer, si Él hubiera hecho esto, ella no hubiera sido hecho de la misma esencia del hombre para ser replica exacta, de la mima manera que la humanidad fue hecha de la esencia de Dios. Ahora aunque la los hombre y las mujeres son de una misma esencia, y aunque la mujer es la réplica del hombre, Dios los formó a ambos usando métodos diferente. La Biblia dice que el hombre fue “formado del polvo de la tierra”. La palabra hebrea para formar es yatsar, la cual significa moldear, de la misma manera como el alfarero moldea el barro. Sin embargo la Biblia dice que Dios “hizo a la mujer” para labra hebrea que es “banah” que significa “edificar” o “construir”.

Pablo dice en 1 Corintios 11:8 “El hombre no vino de la mujer, sino la mujer vino del hombre”, él se estaba refiriendo a este pasaje de Génesis. Dios tomó a la mujer del hombre y la construyó. La hizo por medio de multiplicar células que Él había tomado del hombre, lo cual es similar a lo que sucede en el vientre después de que un huevo fertilizado ha sido implantando en el mismo. Las células empiezan a multiplicarse y comienza a ser construido un ser humano.

Cuando Dios terminó de construirla en la creación, ella era completamente a la semejanza de él, de tal manera, que cuando Dios la presentó ante el hombre, las primeras palabras del hombre fueron, “Esta es ahora hueso de mis huesos, y carne de mi carne; ella será llamada mujer, porque del hombre fue tomada”.

Algo que es construido tiene los mismos componentes como el material del que fue hecho, o formado. Ahora hombre-mujer es el complemento perfecto para el hombre-varón. La mujer es igual al hombre, y por eso, es que ella puede dar y recibir amor. Debido a que vino del hombre, el hombre es esencialmente el dador, y la mujer es esencialmente la receptora. Por lo tanto su recepción complementa el dar del hombre. La mujer es como el hombre porque el receptor tiene que ser exactamente como el dador. Pero para que ella sea receptora tiene que ser diferente del hombre; su físico. Sus diferencias son complementarias en naturaleza, y fueran diseñadas para que el varón y la mujer puedan llenar las necesidades físicas y emocionales del uno y del otro, mientras que espiritualmente te nutren de Dios y de Su amor, y de esta manera, juntos, ellos puedan cumplir su mandato de gobernar el mundo.

Por eso mujer, respeta a tu marido y tu marido ama a tu mujer. El amor es la base, a través del amor le das protección y el cuidado que los mantendrá unidos que nos lleva al cumplimiento de aquello para lo cual fuimos diseñado.

Sacado del libro “Entendiendo el propósito y el poder de la mujer” por Myles Munroe

viernes, 18 de enero de 2013

Es en el Corazón

"Es en el Corazón"
Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque éste determina el rumbo de tu vida.
NTV. (Pr 4.23).


Podemos ver hoy la influencia que el mundo moderno ejerce sobre la iglesia. Hay que reconocer que en este tiempo que estamos viviendo hay una crisis que tiene sus raíces en la afectividad, que afecta estructuras relacionales.

La competitividad se instaló como un virus para el cual no hay antibiótico, y mas bien es alimentado por el individualismo y el consumismo que descompone y compromete el sentido de ser iglesia. Hoy la persona vale más por lo que posee y puede ofrecer, que por aquello que es. A partir de ese momento en que el tener define el ser, establecemos una nueva base para el significado de “personas” comprometiendo lo relacional y espiritual; por el famoso “individualismo”. Necesitamos buscar aquello que nos integre a una relación afectiva, íntima y personal.

Dios nos ha hechos seres relacionales, pero muchos solamente se relacionan con su trabajo y con lo que gira en torno a él. Nos hacemos dependientes de la agitación de nuestros servicios y programas religiosos, que no reservan tiempo ni oportunidad para un encuentro con nuestra alma y nuestro corazón y como comunidad de fe no nos conocemos .

Se entiende que es necesario pasar tiempo a solas, para buscar revelación, ideas, una fresca unción entre otras; que en medio del bullicio no se pueden lograr y que a la misma vez es necesario para una construcción espiritual y el logro de metas trazadas. Pero lo cierto es que muy pocas veces hacemos una introspección de nosotros mismo. Es que la experiencia personal y afectiva con Dios es pobre por la falta de conocimiento bíblico y por la falta de amor real y aceptación que muchos de nosotros jamás tuvimos. Pero lamentablemente nos estamos engañando al limitar lo afectivo y sustituirlo por actividades que nos engañan, porque la realidad que muchos de nuestros dilemas tienen raíz de lo que está en nuestro corazón.

Si, porque lo cierto es que las experiencias negativas que cargamos desde nuestra infancia, las heridas relacionales construidas a lo largo de nuestra vida, las carencias emocionales y afectivas que todos tenemos, y que están en nuestro interior, determinan nuestras relaciones tanto con las personas como con Dios. Esto se puede ver en nuestras oraciones, cargadas de un sin número de faltas y de quejas de otros, como de reclamos hacia a Dios; porque no sabemos lo que significa amistad.

Pese a los muchos programas que se realizan en nuestras iglesias en que estamos juntos; el cultivo de amistades íntimas y profundas no es tan común como debiera ser y es ahí donde podemos ver la fragilidad de nuestra amistad con Dios. Por tal razón es necesario mirar la vida de Job, quien constituye un paradigma para nuestra experiencia espiritual y humana. Como también un modelo de encuentro con Dios que define, de cierta manera, la naturaleza de nuestro encuentro y relación con Dios.

Como también es necesario mirar la Trinidad desde una perspectiva de su contribución para la vida espiritual en nuestro diario vivir; pues nos muestra el carácter central para el cristianismo de los que es unidad.

Cuántas cosas están dormidas en nuestro corazón, porque no hemos tomado el tiempo erradicarlas por completo. Cuando nos relacionamos con Dios y estudiamos su Palabra, debemos abrir el corazón para que tales sentimientos y dilemas de nuestro pasado salgan del mismo. Es tiempo de dejar a un lado el individualismos y dejar de pensar que tanto nosotros como nuestras iglesia es o son la mejor. Es tiempo de mirar que al igual que la Trinidad trabajan en conjunto. Nosotros debemos de unirnos y entender que solo somos colaboradores y mayordomos para el establecimiento de un reino que no es nuestro sino de Dios y para ello debemos de trabajar en unidad y acuerdo.

Mientras el mundo moderno deciden que es lo mejor para una iglesia; con todo lo competitivo que pueda inventar, debemos nosotros de unirnos y demostrarle al mundo moderno que es la iglesia quien determina lo que el mundo necesidad porque las instrucciones y las herramientas para ese trabajo ya han sido dadas por aquel a quién representamos. El individualismo solo nos ha llevado a que ni los gobernantes, ni las instituciones y aun los agoreros del pueblo no nos tenga miedo; así como Herodes le tenía miedo a Juan el Bautista.

Cada uno de nosotros tenemos una función tanto individual como colectivamente en el entorno donde fuimos plantados. Muchos tienen el temor de lanzarse cuando han sido comisionado por Dios por temor al fracaso, poniendo demasiado interés en si mismo; por causa de la competitividad y la manera como se mide el éxito. Es necesario mirar lo que hay guardado en nuestro corazón y darnos cuentas cuáles son nuestras motivaciones.